10.11.09

Para Reflexionar... (Escrito dedicado a mis hermanas y hermanos amados y todos aquellos que deseen leerlo...)

El Secreto de la Oración

Las plegarias, rezos y súplicas que ya se encuentran ordenadas (es decir, el texto universal de la Tefilá), las conocen todos los ángeles malos y dañinos y ellos se encuentran acechando en la ruta de ascenso de las mismas.

Sin embargo, cuando se transita por rutas nuevas y desconocidas, ahí no acechan.
Por eso, el HITBODEDUT, la conversación privada con el Creador que la compone cada uno en el momento, es mucho más seguro y efectivo. (Likuté Moharán 2-97)


Sin la fe, sin la emunáh, el hombre carece de fuerzas para luchar, para convivir, para conseguir lo que desea. Por más que tenga una cultura, una preparación, una profesión, que sepa cómo manejarse en las distintas situaciones; es necesario, es indispensable, la fe, "creer en Un Creador, en Elohim Yahweh". Hay mucha gente que piensa que tiene fe en dios, que cree en Dios. "Piensa" que tiene fe, pero esa fe debe materializarse de alguna manera, debe ponerse en práctica, debe ponerse de manifiesto. Una fe, simplemente de la boca para afuera, no es fe en YAhweh.

Nos encontramos con ese grupo de gente que dice que tiene fe en Dios, y en realidad, no tiene tanta fe en Dios; y hay otro grupo de gente que dice que no cree en Dios ¿conocen esa gente también? Y también podemos decir de esa gente que lo dice de la boca para afuera; pero en realidad en su interior, sí creen en Dios y tienen fe.

Es muy difícil encontrar un ser humano que aún en los momentos más difíciles, en los momentos últimos, no se acuerde de Dios. Cuentan sobre un rey de Israel, que se llamaba "Menashé". Menashé era el hijo del Rey Hiskiahu, descendiente de David.

Hiskiahu era un Rey Tzadik(Justo), un rey piadoso que había realizado una campaña de educación a toda la nación judía. Se dedicó exclusivamente para formar a los niños en el camino del bien, de la ética, de la moral, de las tradiciones. Ese fue Hiskiahu. Lamentablemente, este rey tuvo un hijo que se llamaba Menashé, y después tomó el trono de su padre, y Menashé era la antítesis de su padre. Menashé era un rey malvado. No solamente no deseaba él hacer el bien, sino que tampoco permitía que los demás lo hicieran.

Durante 50 años, comenta el Tanaj (la Biblia) que Menashé pecó e hizo pecar al pueblo y no quedó rastros ni siquiera de lo que su padre había sembrado, de lo que su padre se había esforzado por elevar el nivel moral del pueblo. A tal punto, que Menashé, cuenta la Biblia, que aquellas personas que se ponían Tefilim o que tenían en su casa un Sefer Torá eran condenadas a muerte.

No se permitía la tradición, la ética, la moral. En una oportunidad a Menashé, en una de sus guerras, lo tomaron prisionero los enemigos, y como era tan malo, era con Elohim (dios) y con los semejantes, también era malvado y cruel con sus enemigos. En las batallas que tuvo, él fue muy cruel con los enemigos de Israel. No se limitaba a vencer en la batalla, sino también gozaba haciendo sufrir a sus enemigos. Cuando lo atraparon sus enemigos, se quisieron vengar de lo que él había realizado. Cuenta el Tanaj, que lo colocaron a Menashé en una especie de olla gigante. Y esta olla era como un colador, tenía orificios en su base. Y la apoyaron sobre una enorme fogata y lo empezaron a cocinar a Menashé. Como el fuego no penetraba tanto, no se moría Menashé. No sufría del calor ni de las quemaduras. Menashé no creía en YAHWEH, él "decía" que no creía en Elohim. Sufrió tanto en ese momento, cuenta el Tanaj, que empezó a invocar a todos los dioses existentes, para que lo salven del sufrimiento, y cuando ningún Dios lo salvó, empezó a invocar a YAHWEH Todopoderoso, el Elohim (Dios) de Israel. "Si vos sos el Elohim...(empezó a hablar con El como si fuera que lo conocía, que creía en El). Cuenta el Midrash y ya no el Tanaj, los entretelones de lo que está relatado en el Tanaj (la Biblia) o sea, hay ciertos acontecimientos, que son más detalles de lo ocurrido, que no están relatados en el Tanaj.

Cuando rezó Menashé, los ángeles obstruyeron todos los caminos por los cuales son conducidos los rezos al cielo. Hay ciertos caminos celestiales o espirituales, senderos, por los cuales nuestros rezos y nuestros pedidos llegan; en esos senderos hay ángeles que analizan de quien es el remitente del pedido, de dónde viene. Si es un hombre que tiene méritos, que no tiene méritos, si hizo una mitzvá (cumplió con los preceptos). Entonces, no dejan llegar cuando es un pecador, las cartas al correo central. Pero a veces, uno reza y todos los senderos absorben el pedido. Y puede ser que haya un ángel, que sea menos estricto que el otro; y uno obstruye el rezo, el otro no lo obstruye; al final, de alguna forma llegan los rezos. Todos los ángeles del universo se pusieron de acuerdo en cerrar en ese momento todos los senderos de los rezos y no permitir que penetre en el cielo ningún rezo de ningún ser humano. Por las dudas de que llegue a entrar equivocadamente el rezo de Menashé. Elohim que hizo: Elohim creó un sendero nuevo en ese momento. Un sendero nuevo que los ángeles no lo conocían; y la tefilá (oración) de Menashé entró en ese sendero y llegó hasta EL Todopoderoso. Porque Yahweh, a pesar de que 50 años pecó e hizo pecar al pueblo, cuando un hombre retorna al camino del bien, Yahweh lo acepta. Y entonces escuchó su plegaria y el Tanaj cuenta que el milagro fue que la olla con los orificios, empezó a flotar, volar, y aterrizó en el jardín de su palacio. Y cuando volvió Menashé a su palacio, hizo teshuvá (retorno al Padre Celestial, Yahweh), volvió al buen camino y empezó a tratar de remediar los errores que había cometido. Entonces, Menashé 50 años dijo: "yo no creo en Yahweh" y al final ¿qué nos dimos cuenta? Que sí creía en YAHWEH.

Porque sino, el rezo de él no hubiera llegado. Si él, simplemente hablando, Elohim no le iba a crear ese sendero. El habló de verdad, el rezó con el corazón, porque sentía a Yahweh dentro de él. Por eso, que no se crea aquél que no cree en El todopoderoso, que no cree, en realidad cree. Solamente que no tiene el coraje de verbalizarlo porque comprende que decir "creer en dios" (Elohim, Yahweh) implica muchas responsabilidades y compromisos". En definitiva, todos creemos en Un Creador, pero no tanto. No hay nadie que no crea en El Creador y no hay muchos que creen profundamente en El Padre Celestial.

Puedes elegir crear tu propia oración, tu nuevo sendero de comunicación hacia Yahweh cada dia, porque Nuestro Padre amoroso siempre escucha...

El Gran Vacío

Extraído de Donde la Tierra y el Cielo se besan.

Existe una etapa en la vida en la cual tu libertad de elección será puesta a prueba como nunca antes. Éste es el Gran Vacío, un "lugar" o escenario en el cual deberás creer que El Creador, nuestro Padre Celestial Yahweh, está presente aunque todo lo demás indique lo contrario. En un campo de concentración, en una zona de guerra, o en los más oscuros rincones de tu propio corazón, ningún conocimiento o inteligencia pueden salvarte - sólo la fe.

El principal ejemplo del Gran Vacío es la Akeidat Itzjak, la Atadura de Itzjak. Dios le dijo a Abraham, "Trae a Itzjak como un olá (una ofrenda quemada)..." (Génesis 22:2).

Este mandamiento contradecía todo lo que representaba Abraham. En el momento de la Akeidat Itzjak, Abraham tenía 137 años de edad. Durante más de 100 años había estado enseñando sobre el Elohim uno y verdadero, un Elohim (dios) de bondad y de misericordia. Él imitaba la cualidad de bondad de Yahweh y les abría su hogar a los viajeros. El acto de matar a su hijo socavaría toda su credibilidad.

También podría dañar gravemente su relación con Yahweh. Él podía muy bien preguntar, "¿Dónde está el Elohim que me prometió descendientes? ¿Dónde está el Elohim que prometió que mis enseñanzas sobre Él serían perpetuadas?". ¿Dónde, en verdad?

Para sobrevivir el Gran Vacío, debes reconocer el testimonio de tus sentidos y de tus experiencias -vacío, completo, total y absoluto- y anular ese testimonio mediante la fe - la presencia de YAHWEH. Durante el tiempo que debas soportar el Gran Vacío, tendrás que ser capaz de vivir con ambos elementos de la paradoja, de manera simultánea.

Pese a las muchas preguntas y dudas que podría haberse hecho sobre este inescrutable mandamiento, Abraham sabía una cosa: Él lo había oído directamente de Yahweh. Para él, Yahweh estaba presente y manifiesto en esta torturante prueba. Abraham practicó esa regla simple para tener éxito en el judaísmo que más tarde Najmán puso en palabras: Asegúrate de que Yahweh esté presente en todo lo que haces. No tomes en cuenta el hecho de que eso te traiga o no prestigio. ¡Si Le trae prestigio a Yahweh, hazlo! ¡Si no, no!

También Itzjak llegó a esta misma conclusión, aunque de manera diferente. Mientras padre e hijo subían a la montaña, Itzjak le dijo a Abraham, "Aquí está el fuego y la leña, pero ¿dónde está la oveja para el olá?". Abraham le respondió, "Yahweh elegirá para Él la oveja para el olá, hijo mío" (Génesis 22:7-8).

"¿Dónde está el lugar de Su gloria [de la gloria de Yahweh]?" (Liturgia de Musaf del Shabat).

En contraste con Abraham, Itzjak tenía una pregunta. E hizo una pregunta que se transformó no sólo en una respuesta, sino en una revelación. Su padre le dijo que Yahweh había ordenado que se trajera un olá. Itzjak cargaba la leña en su espalda. Su padre llevaba el fuego y el cuchillo. Lo único que faltaba era la oveja, salvo que... salvo que él fuera la oveja. ¿Cómo podía estar presente el Elohim de bondad? ¿Cómo podía ser Yahweh responsable de tal mandamiento? Itzjak se volvió hacia su padre, el hombre que había abogado por Yahweh en todo el globo, y preguntó, "¿Dónde está el lugar de la gloria de Elohim?". Esto no parece incluir mi situación. Elohim no está manifiesto aquí.

Pero, enseña Najmán, la situación en la cual se pregunta "¿Dónde?", allí mismo es el lugar de la gloria de Elohim. Preguntar, "¿Dónde?" es la oveja para el olá. Ello contiene la fe en que, no importa lo que suceda, Él está aquí. Incluso en una situación en la cual no ves al Creador -cuando EL Padre Celestial está ausente, y tú quieres clamar, "¡Padre! ¿DÓNDE ESTÁS?"- debes comprender que acabas de revelar Su presencia.

Si te encuentras en el Gran Vacío, la supervivencia del alma exige que practiques el hitbodedut, todos y cada uno de los días. La libertad de elección -la decisión de elegir o no a Yahweh- es aquí puesta a prueba más que en ninguna otra situación, porque el que gana se lleva todo. La honestidad y la sinceridad, si no la profunda desesperación, de pedir por tu alma, de rogar que se te dé vida, de tener el privilegio de ser invitado a acercarte y a vivir en cada aliento y con honestidad el trabajo de Yahweh contigo, ésta es la única moneda valiosa.

Es imposible sobrevivir al Gran Vacío sin el hitbodedut. El asalto de las preguntas, la persistencia del dolor y el sentimiento de total falta de significado no pueden sobreponerse sin un continuo golpear en las puertas de un castillo abandonado y vacío. Es por esto que Najmán nos dice una y otra vez que todos los grandes Tzadikim (justos), incluido él mismo, dijeron que lograron lo que lograron sólo a través del hitbodedut
...la conversación privada con el Creador, Nuestro Padre Celestial Yahweh, que la compone cada uno en el momento y desde lo mas profundo de su Alma, desnuda ante EL .